Desnivel:
67 metros
Tipo:
Ida y vuelta
Distancia:
1,8 km
Tiempo:
45 minutos
Dificultad:
Baja
Conexiones:
Rutas 8, 9, 11 y 18
Vista satélite de la Ruta 2 El Bailadero
Mapa de la Ruta 2 El Bailadero
PUNTOS DE PARADA DURANTE LA RUTA
24. Este es uno de los mejores senderos para conocer y disfrutar de la Laurisilva
Este sendero lleva hasta la Ermita de Lourdes ubicada junto al Barranco de El Cedro.
Por el camino se encuentra una excelente muestra de bosque de Laurisilva bien conservada, con árboles de gran altura y laderas tapizadas de helechos. Debido a la frondosidad de su vegetación, a la elevada humedad y umbría, a la existencia de un curso de agua permanente, a quienes han caminado por este sendero o a la repentina aparición de una ermita en medio del monte, estamos ante uno de los lugares más emblemáticos del Parque.
Detalle de la hoja y la arcéstida (fruto) del cedro canario. Foto de Salvador G. Escobar
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Aunque se llama El Cedro no hay cedros.
Existe una variedad de cedro exclusiva de Canarias, Juniperus cedrus. En el Parque crecen pocos ejemplares. Generalmente están en las inmediaciones de roquedos: por ejemplo, cerca de Los Roques, en la cabecera de este valle. El caserío situado más abajo se le conoce como El Cedro, aunque no haya ninguno. ¿Lo hubo en alguna época? Es posible. En el pasado su madera era muy apreciada, lo que le llevó al borde de la extinción.
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25. Este monte tiene historia.
Permitir que el monte evolucione según las reglas de su propia naturaleza y sin la intervención humana es uno de los propósitos en la gestión de este Parque.
Pero no siempre ha sido así.
Los primeros colonos castellanos y portugueses llegaron a la isla en el siglo XV, aunque siglos antes habían arribado los primeros habitantes procedentes del norte de África. Desde que el primer humano puso su pie en la isla, los bosques se convirtieron en un recurso vital.
Con la llegada de los europeos, la presión sobre los montes se incrementó. Hubo islas en las que casi se aniquilaron. En La Gomera, las formas de uso y las circunstancias históricas permitieron que llegaran hasta nuestros días más de la mitad de los bosques originales.
Hasta la primera mitad del siglo XX aquí se criaban cochinos y cabras, se hacía carbón y se sacaba leña, madera y hojarasca.
Todos estos usos desaparecieron debido a la llegada del butano, los cambios en el modo de vida y el despoblamiento por la emigración. En 1981 estos montes son declarados Parque Nacional y su gestión se enfoca a la conservación.
La naturalidad de este lugar es el resultado de más de cincuenta años sin intervención humana.
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¿De quién es este monte?
De la presencia de los primeros pobladores en el monte quedan restos arqueológicos y la toponimia (nombres de lugares, como Garajonay, Cherelepí…).
Tras la llegada de los castellanos, La Gomera se convirtió en isla de señorío. El monte era de los condes, regulando sus usos.
Tras la abolición de los señoríos a principios del siglo XIX, se crean los municipios y el monte se reparte entre los mismos.
El Parque Nacional se crea en 1981 sobre 3.984 hectáreas de Montes Públicos de propiedad municipal.
En 1986 fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
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26. El frescor de los helechos
Aquí los protagonistas son los helechos.
Más de 40 especies crecen en el Parque. La mayoría prefiere ambientes de humedad y umbría.
Hay especies que son, al igual que parte de los árboles, supervivientes del Terciario. Por eso sólo pueden encontrarse en lugares que consiguieron librarse de la extinción que causaron los cambios climáticos hace cinco millones de años en la Península y Europa. Entre ellos Canarias, Madeira, Azores y puntos aislados de la Península Ibérica.
Los helechos contribuyen a darle al monte aspecto de bosque encantado y de cuentos. La imaginación se encarga de poner duendes, elfos y otros personajes. Transmiten sensación de frescor debido al olor y al verdor característico de sus frondes (lo que parecen hojas, en los helechos se llaman frondes).
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Seres de otro tiempo
Cuando estás ante un helecho estás ante plantas muy primitivas que tuvieron su esplendor en el periodo Carbonífero, mucho antes de que aparecieran las plantas con flores, los dinosaurios y, por supuesto, el ser humano.
Cubrieron el Planeta formando bosques inimaginables hoy día, por los que pululaban libélulas del tamaño de un águila.
Los helechos no pueden faltar en el patio tradicional canario.
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El Centro de Visitantes Juego de Bolas tiene una muestra de los helechos más representativos además de otras plantas. Para conocerlos mejor recomendamos la visita.
En el patio del Centro de Visitantes conviven helechos con otras plantas
27. El sendero, la cañada y un laurel con musgos, helechos, y quién sabe cuántas cosas más
Las cañadas, vaguadas y fondos de barranco, no sólo son más húmedos y con mejor suelo, sino que también son más abrigados en el caso de un viento fuerte. Por eso no es raro encontrarse con árboles de treinta metros, e incluso mayores.
Si no se ha caído (a todo ser vivo le llega su hora), aquí hay un laurel, que le hará parecer diminuto. Si no tienes prisa, quédate un rato y observa lo que tiene encima: musgos, hongos que crecen en el tronco, helechos en las ramas más altas, líquenes... y todo lo que puedas encontrar. Es propio de los árboles de la Laurisilva dar cobijo a otras formas de vida. Incluso los hay que tienen hongos y líquenes exclusivos.
La madre del laurel (Laurobasidium laurii) protege al laurel de los hongos
Puede que hasta veas algún pájaro por ahí arriba. Ya sería una grata sorpresa que ver pasar una paloma turqué por entre las copas. Estas palomas, junto con la rabiche son propias de la Laurisilva. Los laureles les suministran bayas para su alimento y éstas, a su vez, contribuyen a dispersar sus semillas.
Pero sobre aves no podemos prometer nada. A veces están y a veces no. Mantente alerta por si aparecen.
La paloma turqué vive en estas selvas y se alimenta de frutos de los árboles
28. Por aquí han caminado príncipes, políticos, leñadores, turistas y muchas más personas
Puede que, sin saberlo, estés contribuyendo a engrosar la lista de personalidades que han paseado por este sendero. Entre éstas se cuentan ministros y príncipes en visitas oficiales a la isla. Este hecho anecdótico ha hecho que, no sin cierto sarcasmo, sea apodado de “El Camino de Los Políticos”.
También se suelen encontrar grupos de escolares. Muchas veces van acompañados por guías-intérpretes del Parque. Se trata de actividades educativas que son parte de los proyectos de Educación Ambiental que se ofrecen a los colegios.
Este es un camino que tiene ya sus años. Puede que algunos cientos. Igual que antaño, se sigue caminando por ellos, aunque con propósitos distintos. ¡Imagina la cantidad de historias que podrían escribirse sobre caminos como éste!
La Educación Ambiental es un objetivo prioritario en Garajonay
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Naturaleza para el disfrute
Los Parques Nacionales Canarios están entre los más visitados de la Red de Parques. Garajonay está entre los primeros. Uno de los objetivos del Parque es garantizar la conservación de sus valores naturales, a la vez de que puedan ser contemplados y disfrutados por el público. Se mantiene la red de senderos, que forma parte del patrimonio etnográfico del Parque. También se realizan conteos periódicos para conocer el número y tipología de los visitantes que transitan por los senderos. Se ofrece información sobre los mismos, así como un servicio de rutas guiadas para colectivos y público en general.
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29. Al lado del inmortal gigante Laurus
Este laurel puede que fuese hasta más alto que el que vio dos paradas atrás. Muchos laureles en el Parque descienden de él. Algunos están a kilómetros de distancia. La responsabilidad es de mirlos, palomas y demás aves.
Estaba ya muy viejo cuando un fuerte viento lo derribó. No fue el único. Cada vez que soplan vientos muy fuertes, algunos árboles viejos o enfermos se caen.
El tronco de éste, quedó atravesado a lo largo del sendero y casi no se podía pasar.
La cuadrilla de mantenimiento del Parque tuvo que trocearlo para poder despejar el camino.
Pocos meses después, los rolos estaban completamente llenos de agujeros, y en cuatro años habían desaparecido como por arte de magia.
Legiones de bichos, ayudados por hongos, se habían encargado de este trabajo. Los habían transformado en humus para enriquecer el suelo y nutrir a nuevos laureles y demás plantas y árboles.
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Los obreros del Parque
Los habitantes del monte, pese al pequeño tamaño de algunos, cumplen su función a la perfección en el gran mosaico de vida que son los bosques de Laurisilva: los más complejos y diversos de Canarias.
620 especies de hongos, 250 de musgos, 525 de líquenes, 600 de plantas vasculares, muchas endémicas de La Gomera.
También la fauna tiene números espectaculares: 1050 especies de invertebrados, 43 de aves, 3 reptiles, 4 mamíferos y 1 anfibio.
Con toda seguridad muchos más están por descubrirse.
¡Hay más de 150 especies animales que sólo vive aquí! Los reyes absolutos son los Insectos, con 760 especies.
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Por si esto fuera poco, para garantizar su perpetuidad, antes de que el viento lo derribara, le habían salido unos retoños en el tronco (o chupones como se conocen aquí)
¡Fíjate el tamaño que tienen! La inmortalidad es posible.
En la laurisilva los chupones inmortalizan a sus progenitores
30. ¡Por fin un palo blanco!
Ese joven árbol que está ahí es un palo blanco. Es una oleácea. Está emparentado con acebuches y olivos. Aunque por el aspecto no se parecen.
Fíjese cómo están distribuidas las hojas. Crecen una enfrente de la otra. Es decir: son opuestas. En cambio, en otros árboles forman una especie de escalera: hojas alternas.
Reconocer al palo blanco es sencillo: sus hojas crecen opuestas
En el Parque sólo hay otro árbol, más bien arbusto, con hojas opuestas. Es el follao. Aunque son más grandes y con pelillos.
En los últimos años, debido a la ausencia de aprovechamientos, están saliendo bastantes ejemplares jóvenes como éste. Está en expansión y, con ello, el bosque se está haciendo más diverso.
No es fácil saber exactamente cómo será este bosque dentro de cincuenta años. Puede intentar imaginarlo, o bien venir a
hacer otra vez este paseo. Mientras tanto sólo hay que hacer posible que este lugar se conserve.
¡Hasta entonces!
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Investigando, conociendo, decidiendo
Para trabajar por la conservación de un lugar hace falta, además de intenciones, conocimiento para poder tomar decisiones fundadas.
En Garajonay tenemos un Programa de Seguimiento Ecológico pionero en la Red de Parques Nacionales.
Estudiamos de forma continua y sistemática distintos aspectos del bosque que permiten conocer cómo funciona, cuál es su estado de salud, qué está pasando, y hacia dónde evoluciona.
Gracias a este programa se van conociendo nuevos datos de la Laurisilva: un bosque hasta hace poco escasamente estudiado, con muchos aspectos desconocidos.
Además, el Parque acoge estudiantes para la realización de prácticas en los trabajos de seguimiento ecológico.
También hay colaboraciones con otras instituciones, entre ellas Universidades, que desarrollan proyectos de investigación en Garajonay.
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31. El recorrido acaba donde se construyó la ermita de doña Florencia
Un hecho que suele llamar la atención de cualquier observador de la isla es la gran cantidad de ermitas construidas a lo largo y ancho de su geografía.
Más curioso aún son los motivos que inspiraron la construcción de algunas de ellas: una vaca atrapada en un risco que se salva de modo casi providencial, un conflicto que se resuelve satisfactoriamente, o incluso el capricho o la promesa de algún indiano a quien la fortuna le ha sonreído al otro lado del océano.
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Tradición y conservación son compatibles
Dada la fragilidad de este lugar, el Parque monta un dispositivo para que la fiesta se desarrolle con seguridad para el entorno y las personas: retenes de incendio, agentes medioambientales y microbuses para que acceder al lugar sin tener que hacerlo en vehículo propio.
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Corría agosto del año 1935 cuando se inaugura la ermita dedicada a la Virgen de Lourdes.
Su promotora fue Doña Florencia Stephen Parry, de origen británico, llegada a la isla como institutriz de las hijas de Don Mario Novaro Parodi, propietario de la hoy desaparecida factoría de enlatado de pescado de Las Canteras, en el sur de la isla.
Y como no hay ermita sin santo, ni santo que no se celebre, aquí cada año y coincidiendo con el último domingo del mes de agosto, se hace fiesta. Es una fiesta diurna en la que hay procesión acompañada de chácaras y tambores, comida al aire libre y parrandas.
Para que además de contemplar puedas comer y descansar, hay habilitada una zona recreativa debajo de la plaza de la ermita. Tiene mesas y agua a la sombra y se puede escuchar el agua del riachuelo.
“Chácaras y tambores retumban en el monte…”
“No sólo son plantas y animales quienes viven en el bosque, también vive el que se extasía en su contemplación”
(frase anónima).
Nombre científico, vernáculo y local de las plantas y los animales del sendero
Plantas
Follao: Viburnum rugosum
Laurel, Loro: Laurus novocanariensis
Palo blanco: Picconia excelsa
Animales
Mirlo: Turdus merula ssp. cabrerae
Paloma rabiche: Columba junoniae
Paloma turqué: Columba bollii
No abandone el sendero
Respete la vida natural: no moleste a los animales no arranque plantas
Evite el uso de aparatos de música
No tire basura, la que genere llévesela con usted
Evite hacer el sendero en solitario y avise siempre de su recorrido
Teléfono del Parque Nacional de Garajonay:
922 477 222
Teléfono de Emergencias:
112
Recuerde que hace el sendero bajo su responsabilidad